La pasada semana en el Podcast A Ollada Violeta hablaba de prostitución y su vinculación con el patriarcado, como una de sus instituciones base y clave su mantenimiento.
Si analizamos en profundidad el fenómeno y el rol que juega la prostitución en las sociedades contemporáneas no podemos dejar de atender a la intersección y relación entre tres sistemas de opresión: el capitalista neoliberal, el patriarcal y el racial/cultural.
Además, el mito de la libre elección acaba por blanquear muchas violencias hacia las mujeres y en este caso, en el de la necesidad de abolir la prostitución en cada lugar del mundo, desde el feminismo y las plataformas abolicionistas que estamos constituyendo mujeres de todas las edades y en cada ciudad, es importante poner la vista sobre el putero y no sobre las mujeres sometidas.
Autoras como Sheyla Jeffreys (2009) señalaron que el origen de la prostitución, situado en el patriarcado, está también dentro de las lógicas de la globalización pues la expansión de esta macroindustria que oprime a mujeres y niñas de todo el mundo y que está también vinculada con la pornografía debe ser analizada desde la perspectiva de la economía política para que podamos entender esa economía «criminal» que sostiene a algunos países.
El patriarcado crea sanos hijos que entienden a las mujeres como un cuerpo sin individualizar, es decir, todas debemos ser idénticas a nivel estético y bienes intercambiables dentro de un mercado, todas debemos tener cuerpos sobrecargados de sexualidad para satisfacer al hombre hetero.
El feminismo radical de los sesenta y setenta nos hace volver la vista hacia el contrato sexual, articulado, por una parte, sobre el matrimonio (donde las mujeres son propiedad de un solo varón) y por otro, sobre la prostitución, donde las mujeres pasan a ser propiedad colectiva de todos los hombres que puedan pagarlas.
No cabe duda, como señala Rosa Cobo (2017) de que a medida que algunas mujeres conquistan su individualidad y autonomías siguen siendo explotadas en escenarios como el prostitucional.